Las propiedades terapéuticas del agua y las sales de baño

Tomar un baño o una ducha forma parte de la rutina de aseo personal de todas las personas pero más allá de la limpieza muchas veces no consideramos los beneficios que el agua puede tener para nuestra salud tanto física como mental.

El agua, desde la antigüedad ha sido muy valorada por ser el líquido vital necesario para los procesos biológicos que hacen que haya vida en nuestro planeta, y hablando específicamente de los seres humanos, la necesitamos para poder realizar muchísimas actividades y sin ella simplemente no podríamos sobrevivir.El agua tiene importancia desde los procesos a nivel celular que tienen lugar en nuestro cuerpo y es bien sabido que estamos constituidos por un importante porcentaje de este líquido.

Además, lo utilizamos para preparar alimentos, para la limpieza e higiene tanto personal como del espacio en que vivimos y cumple un papel primordial en procesos químicos e industriales para la producción de energía, productos y artefactos que hacen más sencilla nuestra vida.

Pero más allá de eso, el agua tiene propiedades medicinales y terapéuticas que desde tiempos remotos han sido aprovechadas por los seres humanos. El conocimiento sobre estas propiedades del agua prevalecen hasta nuestros días y es por eso que se aprovecha en procesos terapéuticos por fisioterapeutas que aplican diferentes técnicas en que se ve involucrada el agua.

La hidroterapia engloba el conjunto de técnicas y métodos aplicados para el tratamiento y rehabilitación de diferentes tipos de padecimientos, generalmente asociados con lesiones y enfermedades que afectan a huesos, músculos, articulaciones, ligamentos y nervios. La hidroterapia tiene efectos que estimulan y agilizan los procesos de recuperación y se sirve de diferentes medios para alcanzar la efectividad y cumplir con los objetivos deseados.

La temperatura del agua y la vía por la que es aplicada genera distintos efectos que pueden representar desde el alivio del dolor y la disminución de la inflamación, hasta la estimulación para la regeneración de tejidos y el fortalecimiento muscular.

El fisioterapeuta es quien se encarga de determinar cómo se aplicarán la hidroterapia según las características del padecimiento de la persona y las necesidades de cada individuo y puede utilizar la aplicación de fomentos fríos o calientes, chorros de agua, lavados, abluciones o terapia física en piscinas que puede incluir un entrenamiento de natación, o  en duchas y baños, ya sea en una tina de baño, estanques, baños de vapor, aguas termales o con corrientes galvánicas,

El conocimiento de las propiedades terapéuticas del agua es de dominio popular y son muchas las personas que las aprovechan en su hogar, aplicándose fomentos de agua o baños de contraste en los que se alterna el agua fría con caliente para mejorar el estado de una lesión, por ejemplo.

Sin embargo siempre resulta necesario acudir a una consulta médica para que el especialista determine qué tipo de terapia es más conveniente para tratar y rehabilitar alguna lesión o enfermedad que tengamos y es importante que sigamos sus indicaciones de manera responsable. Con todo esto, uno de los efectos más apreciados del agua es el relajante y salvo en casos muy particulares, no se necesita de una visita al médico para que podamos disfrutarlos desde la comodidad de nuestros hogares.

Este efecto relajante que el agua tiene sobre nuestro cuerpo nos ayuda a combatir el estrés y a dormir mejor, además de que disminuye algunas molestias que tengamos a nivel muscular, como dolores de espalda y piernas y también nos puede proporcionar un alivio del dolor en articulaciones. Si bien, al tomar una ducha en regadera podemos sentir estos efectos, no hay nada como sumergirnos en una tina de baño para sentirlos al máximo.

Esto se debe a que al poder sumergir todo nuestro cuerpo en el agua, la temperatura actúa a nivel global y por la posición podemos estar más cómodos durante más tiempo. Este tipo de baño en hidroterapia recibe el nombre de baño de inmersión y muchas personas gustan de utilizar sales de baño que además tienen efectos específicos sobre el cuerpo actuando desde la piel.

Hoy en día es posible encontrar diferentes centros especializados en la venta de las sales de baño y cuentan con una amplia variedad, de manera que podemos elegir las indicadas para tratar diferentes afecciones, desde hongos en la piel e irritación, hasta inflamación de articulaciones y otro tipo de malestares. Como estas sales tienen propiedades medicinales es importante que seamos cuidadosos antes de utilizarlas porque, como ya mencionamos, en algunos casos su uso está contraindicado y nos podría ocasionar problemas de salud, por esto te recomendamos que previamente consultes a tu médico.

Para preparar tu baño con sales se recomienda que llenes tres cuartas partes de tu tina de baño con agua caliente y agregues una o dos tazas de sales para que se disuelvan. Estas sales pueden estar preparadas con aceites esenciales que tienen diferentes propiedades relajantes y estimulantes, como lavanda, romero, rosas, jazmín, manzanilla, almendra, menta, entre otras. Para regular la temperatura del agua termina de llenar la tina añadiendo agua fría antes de sumergirte para relajarte. Transcurridos de veinte a treinta minutos sal de la tina y toma una ducha con agua de templada a fría.

Te sugerimos que para evitar que se seque tu piel no tomes baños con sales más de dos veces por semana y que para que tu tina de baño se mantenga en buen estado, tras cada uso elimines el agua, enjuagues y seques con un paño que no suelte pelusas.

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