Importancia de secarse las manos y ventajas del secador de manos

Lavarse las manos es una medida de higiene que ayuda a reducir la cantidad de gérmenes y bacterias que se impregnan en nuestra piel por el uso y contacto constante con diferentes superficies. La acumulación de suciedad puede convertirse en un foco de infección que afecte nuestra salud.

Por esta razón, durante muchas décadas los programas de salud han implementado la enseñanza de un correcto lavado de manos que destaca la importancia del lavado antes de preparar alimentos y antes y después de ir al baño.

Las recomendaciones de uso de un jabón especial aplicado a la palma, dorso, yemas y pliegues entre dedos secos para después humedecer con agua y tallar hasta formar una espuma que ayude a eliminar la suciedad y gérmenes imperceptibles a nuestra vista son las más populares sin embargo, estas instrucciones de higiene muchas veces pasan por alto la importancia del secado.

Está comprobado que secar las manos es fundamental en el proceso de lavado de manos pues la cantidad de bacterias y gérmenes en la piel se reduce considerablemente tras el secado.

La humedad propicia el crecimiento y reproducción de bacterias, y la piel no es inmune a esto por lo que tener las manos húmedas, a pesar de haberlas lavado bien, recogerá y propagarás las bacterias 500 veces más rápido y favorecerá el desarrollo de gérmenes.

A pesar de esto es bastante común que los espacios públicos no cuenten con las condiciones necesarias para hacer posible el secado de manos. Por ejemplo en baños públicos de oficinas y comercios regularmente encontramos los dispensadores de toallas para manos vacíos lo que nos obliga a buscar medios alternativos para eliminar el exceso de agua en nuestra piel, como sacudirlas o secarlas en nuestra ropa, lo que deja nuestras manos parcialmente húmedas y en esos casos el proceso de lavado no habrá servido de mucho.

La manera más popular de secarse las manos es utilizar una toalla de tela o papel, pero mientras la toalla de tela guardará la humedad favoreciendo el desarrollo de gérmenes en sus tejidos, utilizar toallas de papel o servilletas implica un gasto que genera un fuerte impacto en el medio ambiente.

Considerando estos factores, así como el flujo de usuarios de los cuartos de baño en espacios públicos, se creó el secador de manos, un aparato funcional que además desempeña una función decorativa.

Los secadores de manos son eléctricos y funcionan por un ventilador centrífugo que genera un chorro de aire que es expulsado a través de una boquilla al exterior. Existen secadores de manos que se activan por un botón pero actualmente la mayoría operan con un sistema automático de sensores que pone en funcionamiento el sistema al detectar el movimiento y que lo apagan después de un lapso determinado de tiempo.

El aire que genera el secador de manos puede ser caliente o frío y fluye al exterior en un tiempo programado que va de los 15 a los 150 segundos según el modelo y la marca.

Una de las ventajas más notorias de usar secadores de manos es que evitan el contacto con otras superficies entre el lavado y secado, volviéndolos una opción más higiénica. Estos aparatos se alimentan de la corriente eléctrica y se empotran a la pared lo que ayuda también a ahorrar espacio. Para la elección del modelo ideal que se adapte mejor a las necesidades del espacio en que será instalado se recomienda considerar modelos prácticos, que generen la menor contaminación sonora, y que se caractericen por un funcionamiento eficiente expulsando el aire necesario para el correcto secado cada vez que sean activados.

Es recomendable optar por los modelos que requieran menor consumo de energía y que ayuden a guardar la armonía del diseño y decoración del lugar.

Actualmente en el mercado se ecuentran disponibles secadores de manos de diferentes estilos, dimensiones y capacidades. Los fabricados en acero inoxidable o plástico policarbonato son los más comunes; según la manera en que se activan los hay pulsadores (que funcionan por un botón), de sensor óptico y automáticos que funcionan por rayos infrarrojos.

La manera de instalarse también varía de un modelo a otro, los más comunes son los modelos clásicos que se empotran a la pared pero últimamente los secadores verticales han comenzado a ganar popularidad gracias a su elegante diseño y novedoso sistema que gasta menos energía y que se activa cuando colocas las manos en su cavidad antimicrobiana.

Existen modelos que se caracterizan por ser ultra silenciosos o compactos y entre los más novedosos se destacan los que han reducido el consumo de energía, los que operan eficientemente a una gran velocidad  y los que poseen un filtro por el que pasa el aire antes de salir a través de la boquilla, lo que los hace más higiénicos.

Instalar un secador de manos es una solución eficaz para cubrir la necesidad de secado de manos y son ideales para instalarse en espacios públicos, aunque también pueden usarse en el hogar. Utilizando secadores de manos se reduce el desperdicio de papel lo que representa menos desechos.

Además, el gasto de energía eléctrica no se compara con la inversión monetaria en la compra constante de toallas de papel para manos.

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